12 abr 2011

Ciertos sentimientos atemporales

Los inocentes y los gilipollas se han encargado de depreciar el valor de ciertas expresiones. como cuando afirman que ni por todo el dinero del mundo venderían tal o cual objeto, experiencia, elemento...Sin embargo, la verdad es que esos momentos en una plaza medieval, iluminados por la fachada de una inmensa catedral renacentista y con la luna de testigo, hablando frenéticamente de cualquier cosa a la velocidad de las enajenaciones, invadidos de una tácita satisfacción añeja, no tienen precio.


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